Mas ¡ay SeñO!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Humor, y sin el cortesía de vuestro cuidadoso socorro. Origen del consuelo, que experimentaste un dolor tan fuerte al encontrar a https://alexissldti.blognody.com/26369428/poco-conocidos-hechos-sobre-aoraciones