Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://carabhaz804557.blogofchange.com/39224272/por-qué-zidane-le-dio-un-cabezazo-a-materazzi